Es de todos conocidos que la calidad del cultivo depende de la calidad de la semilla. Si la semilla es de buena calidad, es más probable que nuestra cosecha también lo sea. Los factores externos como la tierra, la temperatura, el riego pueden afectar negativamente al desarrollo del cultivo pero nunca conseguirán que el cultivo supere a la semilla. Por lo tanto, conseguir una semilla de calidad es básico si queremos una buena cosecha.
¿Cómo determinamos la calidad de la semilla? ¿ Cómo sabemos si la semilla que vamos a utilizar es de buena calidad? ¿Cómo saber si la semilla es viable y nos sirve?
Las propiedades que deben reunir los lotes de semilla de calidad son:
Genuidad: La semilla debe responder a la especie y cultivar deseado.
Limpieza: Las semillas deben estar libres de materias extrañas como palillos o tierra.
Pureza: Estar libre de semillas extrañas, de semillas de malezas u otros cultivares o especies.
Sanidad: Estar libre de plagas y enfermedades.
Viabilidad: las semillas deben ser capaces de germinar y desarrollar una plántula normal en condiciones óptimas de siembra.
Vigor: las semillas deben germinar y desarrollar una plántula normal en situaciones de siembra desfavorables.
En este vídeo mostramos sus atributos físicos: genuidad, limpieza y pureza.
Viabilidad y pureza son los dos atributos que intervienen en las fórmulas para determinar la densidad de siembra, por lo que conocerlas es fundamental.
Para evaluar la viabilidad de las semillas se realiza el ensayo de germinación o poder germinativo. El cual indica la cantidad de semillas con capacidad de germinar en condiciones óptimas, su valor debe estar entre el 90% y el 100% para que una semilla sea de calidad.
Sin embargo, los resultados de este ensayo en ocasiones no se parecen a los resultados en el campo en circunstancias normales, puesto que en el laboratorio las condiciones son óptimas como ya hemos mencionado. Así que los científicos han desarrollado otro parámetro para determinar la capacidad de una semilla de germinar, este es el concepto de vigor, para lo cual se desarrollaron distintas pruebas de germinación que simulan condiciones de siembra desfavorables como el estrés hídrico, la resistencia mecánica, pruebas de frío, entre otras.
En siembras tempranas, con siembra directa y suelos relativamente fríos es imprescindible disponer del valor de vigor de la semilla. Se obtiene mediante el test de frío (Cold test) y su valor debería estar comprendido entre el 80 y 100%. Es recomendable hacer el test de frío a 10ºC o en condiciones climáticas adversas para así poder determinar la fecha de siembra según la temperatura del suelo. Lo aconsejable es sembrar primero los productos de menor vigor.
En Casa Cobo sólo trabajamos con semillas de alta calidad, si quieres conocer su grado de germinación, viabilidad o vigor, pregunta a nuestros asesores. Estaremos encantados de atenderte.
Si quieres comprobar por ti mismo la germinación de la semilla antes de sembrarla, te recomiendo que lleves a cabo el método de la servilleta. Para saber cómo hacerlo usa este tutorial.
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