Los germinados aportan vitaminas y nutrientes de forma concentrada a nuestros platillos. Son un alimento rico, nutritivo y además muy fácil de elaborar.
Como todos sabemos los germinados son el inicio de la planta. Para hacerlos hay que conseguir que la semilla gemine y la planta crezca unos 3 a 5 cm. Se puede hacer germinados con las semillas de bastantes hortalizas. Solo recuerda que para que una semilla nos sirva para elaborar germinados, no debe tener ningún tipo de tratamiento químico. Son las denominadas semillas sin tratamiento, puedes ver la variedad de la que disponemos en este link. Semilla de brócoli, betabel o alfalfa son algunas opciones.
¿Cómo preparar los germinados?
1. Las semillas se lavan y se colocan en el frasco con agua (tres veces su volumen).
2. Cubrir el frasco con una tela delgada o gasa para que no entren los insectos.
3. Mantener el frasco en un lugar oscuro y cálido, de 10 a 12 horas.
4. Se escurre el agua (la tela hará de colador) y se enjuagan bien con agua tibia.
5. Se acomodan los granos a lo largo de la pared del frasco y se vuelven a colocar en un lugar oscuro y cálido, enjuagándolos dos o tres veces los primeros días y luego una vez al día.
6. Cuando los brotes tienen de 2 a 3 centímetros de largo se exponen a la luz solar indirecta por espacio de unas 2 horas para que las hojitas se pongan verdes; es decir, para favorece el aumento de Vitamina C y toman un sabor más agradable.
7. Si se desea separar las capas exteriores de las semillas, o sea las cáscaras, antes de comer los brotes, éstos se colocan en una cubeta con agua y entonces las cáscaras - al fondo.
Los brotes se pueden guardar en el refrigerador donde se conservarán sin problema durante más o menos una semana. De preferencia, no cuezas los germinados, pues les quita su cualidad de alimento vivo. Si los va a combinar con otros platillos, prepárelos primero y después agregue los germinados.
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