A punto de empezar la temporada de siembra, es el momento ideal para sentarnos a planificar nuestro huerto. Para que la planificación sea completa es importante tomar en cuenta las asociaciones de cultivos. Algunas hortalizas y frutas se potencian en el terreno, aprovechan mejor los nutrientes y crecen vigorosamente. Mientras que otras combinaciones, pareciera que se están matando, literalmente.
Se pueden asociar todos los cultivos que se desee, normalmente yo siembro 2 o 3. Uno de los retos de cultivar usando asociaciones es la recolección, pero si tienes un huerto chiquito como el mío, esto no es tanto problema.
Algunos trucos para saber si tus hortalizas son amigas o enemigas son:
- SÍ, combina cultivos que tengan diferente velocidad de crecimiento: Podemos plantar un cultivo rápido como por ejemplo: lechuga en el espacio libre que hay hasta que crece el cultivo más lento, como es la col. Así aprovechamos el espacio no compiten entre ellos.
– NO siembres plantas de la misma familia suelen ser incompatibles en una asociación de cultivos, por lo que debemos evitar cultivarlas juntas. Algunos ejemplos: cucurbitáceas (sandía, melón, calabaza, calabacín, pepino…), leguminosas (habas, judías, guisantes, lentejas…) o solanáceas (berenjena, tomate, pimiento, patata…).
– SÍ, siembra leguminosas para incorporar nitrógeno y otros nutrientes al suelo después de alguna planta más voraz y exigente como: la zanahoria, el apio, el maíz, las cucurbitáceas o las crucíferas (col, repollo, nabo…).
Para facilitarte conocer qué asociaciones serán positivas en tu huerto y cuáles perjudiciales, puedes consultar este cuadro. Guárdalo como imagen y lo podrás consultar siempre que quieras.
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Finalmente, si quieres conocer más acerca de cultivos amigos te recomiendo el libro de Huerto Urbano Sostenible de Pérez y Velazquez.
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